La reciente tragedia ocurrida en Duisburg (Alemania) en la que han muerto 20 personas y 516 personas mas, han resultado heridas, trae de nuevo a la actualidad la problemática de los eventos multitudinarios, en cuanto a los riesgos de una posible emergencia y evacuación de las personas asistentes al evento.
La tragedia de “Love Parade”, era una tragedia anunciada como lo son muchos de los festivales y concentraciones multitudinarias que se celebran en el mundo, y dentro de él en España.
Ahora vienen los lamentos, la sensibilización durante una temporada, y el olvido dentro de unos meses seguido de la despreocupación, hasta que nuevamente surja un caso similar.
Así ocurrió anteriormente con motivo de sucesos como los del Riverfront Coliseúm de Cincinnati (Ohio, 1979) con 11 muertos por aplastamiento, el del “The Station” de West Warwick (USA 2003), con 96 muertos y 180 heridos por un incendio, o el del Festival Roskilde 2000 en Dinamarca, con 9 muertos por aplastamiento, por no seguir mencionando un macabro rosario de sucesos luctuosos.
En muchos casos de grandes concentraciones de asistentes, sobre todo con motivo de actuaciones musicales, se bordea la posibilidad de una nueva tragedia, que al no producirse afortunadamente, oculta el riesgo que se ha corrido para la integridad física e incluso la vida de los espectadores.
En España, dos normas regulan esencialmente la realización de un evento multitudinario a nivel estatal:
· El Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, vigente desde el año 1982.
· La Norma Básica de Autoprotección aprobada por el R. D. 393/2007, que en el caso de actividades de espectáculos públicos y recreativos, es de obligado cumplimiento en:
o Espacios al aire libre con una capacidad o aforo igual o superior a 20.000 personas.
o En edificios cerrados con aforo igual o superior a 2.000 personas.
o En instalaciones cerradas desmontables o de temporada, con capacidad o aforo igual o superior a 2.500 personas.
Todo ello sin detrimento de las normas que para el mismo fin, hayan desarrollado las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos.
No obstante parece oportuno, insistir en la necesidad de elaborar siempre, planes de seguridad realizados por expertos en este tipo de eventos, que vayan más allá del mero cumplimiento de unos requisitos y de poder obtener al límite de lo necesario, el oportuno permiso de celebración de un evento.
En el caso de Duisburg, al parecer no se cumplieron algunos de los aspectos mas básicos que cualquier profesional de la seguridad, que haya trabajado en planes de seguridad para este tipo de eventos, conoce sobradamente:
- Tener en cuenta las características del público asistente y de su posible estado anímico inicial y posterior conforme se desarrolla el evento, y hacen su efecto:
- Las reacciones de euforia, apasionamiento, desinhibición, identificación con el ritmo y el ambiente.
- Las condiciones medio ambientales de calor, humedad, ruido, vibración e iluminación.
- Los efectos de las sustancias consumidas anteriormente o durante el evento.
- Las características del recinto que debe estar ubicado en un espacio llano y despejado de obstáculos o accidentes del terreno, que pudieran constituir barreras en caso de una emergencia.
- Vías de acceso de entrada y salida de vehículos rápidas.
- Transporte público alternativo.
- Zonas amplias de aparcamiento con una separación adecuada del recinto, y múltiples salidas y entradas hacia las vías de circulación de vehículos.
- Personal de seguridad. suficiente en número y adiestramiento.
- El número de accesos de entrada y de salida, que determine el aforo del recinto en función del flujo considerado en caso de normalidad y en caso de emergencia.
- Vías y puertas de entrada y salida sobre rasante, sin soterramientos y cubrimiento.
- Tramos de cerramientos abatibles o con apertura desde el exterior en caso de necesidad por parte de la organización.
- Control de aforo, accesos y permanencia.
- Sistema de círculos concéntricos de aproximación, acceso y denegación de entrada en caso de completarse el aforo.
- El espacio perimetral de seguridad entre el recinto y el exterior circundante.
- Sectorización del interior del recinto y vías de circulación de espectadores, personal de seguridad y evacuación entre sectores.
- Vías contiguas a los recorridos interiores de entrada y de salida para utilizar en casos de emergencia.
- Salidas de emergencia libres de obstáculos y ocupación, para utilizar solamente en caso de evacuación.
- Vías de salida rápida destinadas a vehículos de emergencia, como ambulancias, y las vías de llegada igualmente acotadas para ayuda exterior como vehículos de protección civil bomberos, policía, mas ambulancias, etc.
Estos y otros requisitos deberían observarse siempre para la planificación de un evento, la realización de un plan de seguridad y la concesión de un permiso de celebración de un evento multitudinario.
En el Master Ejecutivo en Dirección de la Seguridad Global de Belt Ibérica, en el que imparto la materia de “Seguridad en grandes instalaciones y eventos deportivos”, de creciente interés entre los directores de seguridad, por sus perspectivas laborales, incluiremos el próximo curso la problemática y soluciones de los grandes eventos en espacios abiertos, como son los conciertos musicales, los “fan park” y otros actos multitudinarios como ha sido el reciente homenaje que recibió en Madrid, la selección española de fútbol por conseguir la Copa de Mundo en Sudáfrica. Todos ellos requieren un Plan de Seguridad, pero un plan, como se ha expuesto anteriormente, realizado por especialistas cuya cualificación necesita una buena formación específica y una posterior experiencia.