miércoles, 28 de noviembre de 2012

ESTRATEGIAS DE SEGURIDAD PARA UN EVENTO "IMPECABLE"

Un gran número de los denominados grandes eventos, han atraído una considerable atención hacia el campo de la seguridad en acontecimientos importantes. La atención, tanto positiva como negativa, se ha centrado fundamentalmente en el desarrollo e implementación de planes de Emergencia y controles adecuados para multitudes. 

Mientras nadie se permite el lujo dudoso de participar o coordinar la seguridad para estas tareas de tipo masivo, el éxito o fracaso de las estrategias de seguridad realizadas por la sociedad -quien patrocina eventos de caridad o recepciones para VIPs- puede alcanzar consecuencias tan graves como las que se asocian a los eventos prestigiosos. Por tanto, planear y coordinar son las llaves para conseguir con éxito un evento agradable y seguro, indiferentemente a su magnitud. 

La preocupación por la seguridad debería ser uno de los temas y cuestiones fundamentales que han de considerarse durante las etapas más iniciales de la planificación de un evento. Para los acontecimientos pequeños, la seguridad necesita ser tan simple como arreglar documentos con el proveedor de seguridad. En cambio, en eventos mas grandes o complejos, con frecuencia se requiere el apoyo de un profesional de seguridad, que consulte con el comité de la planificación, el coordinador u otros miembros de la plantilla. Un "planning" adecuado y en el plazo justo facilita la reducción del gasto en seguridad: proporciona tiempo suficiente para desarrollar una idea concreta acerca de las medidas necesarias, perfila una demanda comprensible para las ofertas o acorta las propuestas o mantiene los tiempos de primacía adecuados con el fin de que los contratistas respondan y se organicen. 

La valoración de la amenaza 

El primer paso para organizar un plan de seguridad es la valoración de la amenaza. Debe ser un análisis objetivo de la totalidad de las circunstancias que rodeen al evento, incluidos el asesoramiento general del lugar y la acción específica del mismo. Hay que determinar si hay alguna amenaza intrínseca en el lugar, como por ejemplo actividad criminal (especialmente la que ya ha ocurrido en eventos similares), disturbios civiles e, incluso, se deben prever las condiciones atmosféricas y sus efectos. 

El que en el lugar llueva de forma intensa es un factor que puede repercutir en la duración del evento. Los disturbios civiles son a veces pensados y planeados precisamente en conexión con algún evento patrocinado, apoyado u organizado por personalidades políticas. Todo esto le ha añadido una gran importancia a la necesidad de obtener un control de masas adecuado y un plan de responsabilidades, sin tener en cuenta la naturaleza del evento. Otros factores que deben ser tenidos en cuenta incluyen la amenaza o el riesgo asociado con la persona, personas o corporación que organizan el evento, así como con las personas que asisten a él. 

Considerando ambas amenazas (intrínsecas o eventuales), es posible que un gran evento pueda convertir una amenaza benigna en un riesgo inminente. Dado los distintos niveles en las obligaciones asociadas a este tipo de acontecimientos, la cuestión de responsabilidad médica disponible le agrega aún más importancia. 

Información y Análisis Inteligente 
Al tiempo que se lleva a cabo el asesoramiento inicial, hay que trabajar con la información recogida y realizar el análisis inteligente correspondiente. Es en este punto donde se enmarca la diferencia entre seguridad pro-activa y la tradicional (la seguridad operacional reactiva) Una vez que se identifican y categorizan las posibles amenazas, tanto por su gravedad como por la probabilidad de que ocurran, hay que tratar la información sobre los posibles riesgos, teniendo en cuenta los recursos que prevalecen y el constreñimiento del tiempo. La información útil es muy variada, desde actividades previas o acciones de identificación de la figura clave en el grupo, como la actividad y/o soporte pasivo ofrecido por la comunidad local a cualquier individuo o grupo que pueda constituir un blanco al que dirigir las miras. Una vez recopilada toda la información, debe ser verificada con fuentes diversas, analizada con exactitud y evaluada en función de su relevancia. 

Se puede discernir un severo contraste entre la Conferencia de OMC (Seattle) y la Convención Nacional Republicana (Filadelfia) en relación con la recogida, el análisis y la aplicación de una inteligencia medida al milímetro. En ambos acontecimientos, los grupos confiaron seriamente en Internet como un medio de comunicación de masas. Previo a estos eventos, numerosos grupos dejaron conocer sus intenciones para los días y lugares posteriores, con el fin de romper las estrategias y tácticas de posibles atacantes. A pesar de formar grupos de forma anárquica, sus estrategias les han convertido en blancos primarios para una intervención proactiva. A pesar de la gran cantidad de fuentes de información acerca de la planeadísima represión criminal en Seattle, la policía local expresó públicamente su sorpresa ante el gran número de manifestantes contra la violencia. 

Sin embargo, en Filadelfia se aprendió de la dura lección del incidente en Seattle y la policía desarrolló "la inteligencia en profundidad", que se puso al día de forma permanente y siempre que fue posible trataron de entredecir los intentos de los grupos centrales de estropear el evento. 

La valoración de la amenaza y el análisis de inteligencia marcan el núcleo del plan de seguridad global y, como fue demostrado con el éxito logrado en Filadelfia, la inteligencia debe ser recogida y diseminada en una base continuada. Estas medidas se aplican tanto a eventos de corta duración, como a aquellos que tienen lugar en un largo período de tiempo. Si no se mantiene este proceso vital es probable que haya que enfrentarse a situaciones tremendamente difíciles de contener una vez provocadas, instigadas o iniciadas, y que pueden servir como base para los momentos más trágicos. 

La difusión de información no debe estar limitada solamente al personal de seguridad. En la práctica, en muchos de los eventos los empleados de seguridad están escasamente respaldados por la ayuda del resto. Por ejemplo, un evento que ofrece acceso sólo con la presentación de un ticket puede ser propenso a la explotación, sobre todo, con el uso de tickets falsos. Los taquilleros deben ser formados en aspectos como la detección de tickets no válidos, y el supervisor o responsable de seguridad debería tener asignada la responsabilidad de cubrir varios de los puntos de venta de entradas para verificar las falsificaciones. No está de más decir que cada miembro del personal del evento, o incluso cada guardia uniformado o vestido de paisano, necesita conocimiento de la tarea de los compañeros. Por supuesto, los miembros del "staff", incluyendo el personal de seguridad, deben estar informados en los temas que se aplican directamente en sus tareas o que puedan impartir en su trabajo. 

Hacerlo de otra manera, es, por otra parte, arriesgarse intencional o accidentalmente, induciendo a la sobreinformación o aumentando el riesgo de que la que sea confidencial se desvele y anule el éxito del funcionamiento del plan de seguridad. 

Consideraciones a tener en cuenta a la hora de organizar 
Al tiempo que se perfila un cuadro claro de las amenazas existentes, de la actividad o las líneas de conducta, es probable que estos riesgos tomen un plan operacional que puede ser formulado para abarcar el control de las masas y las consideraciones civiles como respuesta del disturbio. 

La cuantificación de la masa resulta un factor de importancia significativa en el desarrollo de un plan eficaz y, hasta cierto punto, es el que determina la profundidad y el perfil de la fuerza de la seguridad. La disposición general de la gente debe ser también considerada, así como tomar la precaución necesaria al respecto. 

Como se remarcó recientemente con la tragedia del festival del Madrid Arena, donde pisotearon a cuatro personas hasta la muerte, cualquier reunión, sin importar el propósito, puede derivar en actos violentos. 

A pesar de que la posibilidad de que exista un comportamiento de desorden a gran escala es mayor en multitudes, en eventos donde el potencial de disturbio es relativamente pequeño también se aconseja mantener la atmósfera deseada. 

Igual de importante que la formulación del plan de control de masas, la influencia de aspectos sociales y psicológicos en el comportamiento del público es uno de los factores más señalados. Influencias sociales tales como el liderazgo, la uniformidad o la actitud moral, incluso a través de su presencia o ausencia, juegan un papel significativo en la conducta de las masas. Los factores psicológicos que se pueden incluir son imitación, anonimato, contagio emocional y pánico. En teoría el plan de seguridad puede tener un impacto en todos estos factores, pero la realidad muestra que puede que no se cuente ni con recursos ni con tiempo suficiente para desarrollar un plan que tenga en cuenta cada uno de estos factores. Sin embargo, el plan más básico de control de multitudes es y debería ser estructurado con el fin de hacer frente a las mayores influencias de comportamiento de masas, como el liderazgo. 

Un agitador bien situado, con dotes naturales de liderazgo, puede girar rápidamente a una multitud frustrada y confundida dentro la masa, sencillamente por ser el primer individuo para dar órdenes de una manera autoritaria. Por tanto, líderes identificados deben ser una prioridad en el proceso de recopilación de inteligencia y el plan de control de masas. Si se reconoce a un agitador antes o durante el evento, pero de forma previa al crecimiento o desarrollo del problema, puede ser beneficioso el hacerle saber que ha sido identificado. De este modo se elimina el factor psicológico del anonimato de la ecuación del liderazgo. Sin embargo, no está de más ser cauteloso y evitar cualquier riesgo. En situación volátiles, algún contacto entre la fuerza de seguridad y los individuos dentro de la multitud puede incitar un problema, más que impedirlo; aspecto que debe ser considerado cuidadosamente con anterioridad. 

Manteniendo una férrea presencia en y alrededor del punto de reunión del acontecimiento, la percepción de seguridad es la una autoridad omnipresente, que puede servir para mantener orden e impedir disturbios menores o incluso irrumpir disturbios de gran escala. 

Las causas y efectos del contagio emocional y del pánico no sólo deberían ser consideradas en el plan de control de multitudes, sino que también deberían incluirse en la formación del personal de seguridad encargado del control de masas y operaciones de respuesta. El contagio emocional, la transmisión de una emoción colectiva, generalmente cólera y excitación (que crea la unidad en un grupo dado y pánico, frenetismo y respuesta emocional -a menudo irracional- a la percepción del peligro) pueden influir en la multitud y, consecuentemente, en la fuerza de seguridad. El contagio emocional puede actuar como precursor de un desastre potencial que requiera medidas extremas de seguridad. Para reconocer estas influencias peligrosas y minimizar la posibilidad de que estos factores induzcan en el grupo, son necesarias medidas como el entrenamiento de supervisión efectivo o una respuesta inmediata. 

Control de masas 

Al tiempo que lo mencionado con anterioridad es la clave para un plan de control de masas efectivo, y representa la diferencia entre una mentalidad de seguridad proactiva y una postura reactiva más tradicional, el plan más eficaz es el que elimina o minimiza la posibilidad de que se formen los grupos de colectivos. Los elementos a tener en cuenta para prevenir que ocurran situaciones conflictivas de grupos masivos son, por este orden: flujo, separación y dispersión. La llave para conseguir un control de masas exitoso es mantener un movimiento firme, intencionado y controlado sobre las áreas propensas a tumultos. La forma más simple de asegurar un flujo estable es situar elementos de seguridad (personal eventual o no) en estas áreas conflictivas y proporcionar instrucción verbal y orientación. Se puede apostar por medidas adicionales como claras señales del destino correcto o incluso de vías alternativas. El grado de separación y la disposición de las señales o de las estrategias adoptadas depende de la naturaleza del acontecimiento o la creatividad. En espectáculos deportivos, un medio eficaz para separar grupos rivales es proporcionar incentivos para que se muevan y se sitúen en localidades específicas. Si recurre a promotores u organizadores de eventos, esta medida puede incluso acompañarse con la distinción de localidades donde se ofrece a los fans vestimentas o recuerdos con el logotipo de los equipos. Un beneficio añadido de este plan es que incrementa la visibilidad de los grupos rivales para las fuerzas de seguridad, lo que permite una respuesta más rápida y eficaz a los problemas potenciales que se puedan producir. 

La dispersión efectiva conlleva la aplicación estratégica de medidas activas y pasivas. Las barreras móviles son un tipo de medidas pasivas. Para asegurar que tales medidas permanezcan intactas y efectivas, las barreras deben estar bajo constante vigilancia, incluso a través de la ubicación del personal de seguridad. Las medidas activas de dispersión incluyen prohibición e intervención por parte del personal de seguridad, como en el caso de directivas verbales, puntos de aclaraciones y, en caso extremo, el uso de agentes químicos. 

Planes de contingencia 

Mientras no haya substituto para un plan apropiado, pueden surgir problemas significativos que no tengan que ver con la naturaleza o densidad de nuestro plan de seguridad. En eventos donde el plan de control de masas ha sido evaluado como inadecuado o, como a veces ocurre, han sido boicoteados por la duración, las circunstancias o disturbios de gran escala, se deberían implantar planes adecuados de contingencia. Planes que deben acompañar a las acciones llevadas a cabo por fuerzas de seguridad, como la disposición y el despliegue de una fuerza de respuesta rápida que, siendo lo mas importante, tiene autoridad para implementar el plan y proveer las líneas básicas. Retrasar la acción positiva varios minutos significa la diferencia entre contener un accidente desafortunado y contener una situación trágica. 

Los Planes de Contingencia deberán hacer hincapié en la amenaza existente, los enfoques de dispersión y en la retirada, más que en la confrontación. Otro de los aspectos a tener en cuenta en planes de control de masas, es que los planes de contingencia deben ser inherentemente flexibles. Un elemento crítico de cualquiera de estas medidas es, por ejemplo, el permitir la salida de la multitud. En planes de contingencia y respuesta, las influencias emocionales de contagio y el pánico son dos cuestiones fundamentales. El éxito de un acontecimiento supone la formación apropiada del personal de primera línea y de los supervisores (que se fundamenta en la influencia sobre la multitud y su comportamiento), además, estrategias efectivas y tácticas para el control de masas y, en caso extremo, la respuesta a los disturbios. 

Se sube el telón 

Con el estudio de la amenaza y el análisis inteligente completados y actualizados de forma continua, los miembros de seguridad y el personal entrenados en sus obligaciones y responsabilidades, y los planes de contingencia finalizados, es el momento de subir el telón. Tan pronto como esto haya ocurrido, es lo más probable surjan los primeros cambios. En cualquier caso, el evento solamente será saboreado después de que el telón haya bajado sin ningún incidente y el último invitado marchado a salvo. Así es como se evalúa el éxito de la seguridad profesional en un evento.

sábado, 3 de noviembre de 2012

TRAGEDIA EN EL MADRID ARENA


El exceso de aforo se ha convertido, junto con la localización del individuo que lanzó la bengala que desató el pánico, en la principal línea de investigación de la tragedia de Halloween. Los agentes de la Brigada Provincial de Policía Judicial tienen claro que en el momento de la tragedia en el Madrid Arena había muchas más personas de las autorizadas, hasta cerca del doble. Todos los acontecimientos posteriores sólo se explican a través de esta realidad, que compromete tanto a los organizadores de la fiesta, como a las empresas de seguridad y al Ayuntamiento, propietario del recinto. Las consecuencias penales, pero también políticas, son por el momento difíciles de prever.

Solo dos vomitorios últiles

Choque entre los que entraban y salían
El Madrid Arena cuenta con 90 cámaras de seguridad, de las que 15 enfocan al pasillo y la zona donde se produjo la tragedia. Las imágenes grabadas demuestran que en el momento en el que el Dj comienza su actuación un gran número de personas ya hacinadas en el pasillointentan entrar a la fuerza en la pista a través de los dos únicos vomitorios abiertos de los nueve con los que cuenta el pabellón. Pasado un tiempo se produce el lanzamiento de la bengala —en realidad pudo haber varias, además de petardos—, desde una zona más alta y en ese momento otro grupo de gente intenta salir por el mismo lugar. Ese choque de fuerzas produce la caída de los primeros jóvenes en el pasillo, que son literalmente aplastados por el resto. Hay un centenar de personas directamente implicadas y se forma una pila de hasta cinco de altura. La primera llamada al 112 se produce a las 4.12; luego, hay otras diez. A las 4.27 todas las víctimas están siendo atendidas.

Exceso de aforo

Más de 18.000 entradas vendidas
El «Thriller Music Park» tuvo tres canales de venta de entradas: 9.600 de ellas a través de internet, aunque con algunas podían entrar tres personas; 6.000 que distribuyó un conocido relaciones públicas de Madrid, y otras 3.000 que vendieron otros compañeros del anterior la última semana, con una oferta de una gratis por cada 25 adquiridas. Además, el Dj Steve Aoki se quedó con 1.000, y hay que añadir las que pudieron obtener los patrocinadores del evento y la propia organización, así como las entradas VIP. Se investiga además si hubo falsificaciones y si alguno de los tiques fue utilizado por varias personas. Por último, hubo también quienes se colaron, en un número que obviamente no puede ser cuantificado. Las fuentes policiales consultadas, una vez analizadas las imágenes, creen que, como poco, en el momento de la avalancha había unas 18.000 personas en el recinto, casi el doble de las 10.600 permitidas; hasta cuatro por metro cuadrado, cuando el máximo razonable es de dos para que pueda haber una cierta capacidad de reacción de los asistentes ante cualquier eventualidad. El Dj, en un momento de la fiesta, dice que son 15.000 los asistentes. El Ayuntamiento dio por buena en principio la cifra de 9.600 entradas que dijo haber vendido la empresa organizadora. La Policía Municipal dice que nunca tuvo sensación de que se superara el aforo... Los datos, sin embargo, parecen demostrar lo contrario.

Un dispositivo insuficiente

Se dieron datos irreales
La empresa organizadora, Diviertt S. L., facilitó al Ayuntamiento datos poco fiables, ya que el 26 de octubre comunicó que esperaba unos7.000 asistentes, cuando solo por internet había puesto a la venta 10.600 entradas. No obstante, los responsables municipales no dan importancia a este asunto y aseguran que el dispositivo de seguridad es el mismo que está fijado para eventos de entre 5.000 y 12.000 personas. Según el documento, de la seguridad exterior —control de acceso— y requisa de elementos peligrosos debían ocuparse 38 vigilantes deSeguriber, la empresa que da servicio allí; de la interior, 75 personas de Kontrol 34 S. L., una firma que, sin embargo, no es especialista en estos temas, según las fuentes consultadas, y que en teoría debía encargarse de que no hubiera aglomeraciones en las zonas comunes, lo que evidentemente no consiguió. Además, la Policía Municipal desplegó a 17 de sus agentes —el Ayuntamiento dice que es lo que corresponde para un evento de alto riesgo—, más un refuerzo posterior de otros 24. También hubo presencia de 80 policías nacionales.
Ni se logró evitar la entrada de menores, ni que se introdujera droga en el pabellón y ni siquiera se controló el aforo. Y los agentes municipales, por su parte, tampoco evitaron el «macrobotellón» que se estaba produciendo en el exterior del recinto, como era su responsabilidad. En este sentido, es significativo que muchas de las personas que entraron en el último momento al recinto en estado de embriaguez procedían de ese lugar.

Afán de limpieza

Se barrió el pasillo antes de llegar la Policía
Un detalle sorprendente fue que al parecer los servicios de limpieza procedieron a barrer el pasillo en donde se produjo la avalancha antes de la primera inspección ocular, entre las 6.30 y las 7. En principio, según las fuentes consultadas por ABC, se trata de un detalle sin importancia —de hecho se localizó la carcasa de una bengala y restos de cinco petardos—, y consideran que todo apunta a quien actuó así lo hizo sin mala intención.

Testimonios

Decenas de interrogados
La Brigada de Policía Judicial está volcada en una investigación en la que «se va a llegar hasta el final, caiga quien caiga», según las fuentes consultadas. Además del visionado de las cámaras de seguridad, los agentes han interrogado ya a decenas de testigos —una treintena solo el jueves—, que están aportando datos de interés. Muchos jóvenes, tras lo sucedido, se están presentando en dependencias policiales de forma voluntaria. Con estas declaraciones, los informes de la Policía Científica, el visionado de las cámaras y otras gestiones se espera llegar hasta el fondo del asunto.

Situación administrativa

Revisión de licencias
La última pata de la investigación es la revisión de las licencias, de los contratos y, por supuesto, la comprobación de que el Madrid Arena cumplía todas las medidas de seguridad. No se ha encontrado de momento irregularidad alguna y lo único reseñable es que la empresa organizadora había estado involucrada en unos 50 litigios y tiene, o tuvo, deudas con la Seguridad Social. Esto no afectaría al caso, ya que el titular del pabellón es la empresa municipal Espacios  y Congresos, y los contratos que firma con sociedades privadas se rigen por la ley mercantil.